Autora: Iris Vermeil
Ada Ibáñez, es una jovial madrileña que está a punto de cumplir el sueño de su vida; visitar Edimburgo en Navidad. De forma inesperada se topa con Declan Mackintosh, un atractivo y tradicional escocés de pura cepa al que su compañía le endulza los días. Juntos visitarán cada rincón de la ciudad conociendo la cultura y monumentos que la rodea, los paisajes, sus costumbres y las leyendas más antiguas. Un día de excursión al castillo de Edimburgo lo cambia todo y descubre que Declan no es quien parece ser.
¿Creerá en las palabras
del escocés o se alejará de él para siempre? ¿Confiará Declan en Ada como para
revelarle su secreto mejor guardado?
Si crees en el destino y en la fuerza de los amores a primera
vista, no te puedes perder Una Navidad en Edimburgo. Un relato corto lleno de
magia y romanticismo para soñar despierto.
Una historia corta (cortísima para mi gusto, podría la autora haberle sacado más provecho a los personajes y a la historia) A su favor añadir que te la puedes leer en el trayecto de un viaje de tren, bus y llegar a tu destino sin apenas darte cuenta y con ganas de hacer las maletas con destino a Edimburgo.
La protagonista nos va contando cada detalle de lo que hace y piensa, es como si nos lo estuviera contando una amiga, por teléfono o carta.
Me ha parecido como si estuviera leyendo un cuento de Escocia, con sus líos de guerras, derrotas, hechiceras, embrujos, viajes y…. no desvelo nada más, para dejar al lector con ganas de leerlo.
Nos va describiendo sus calles que me imagino maravillosas. Después de leer el libro te entran ganas de buscarlas en Internet, al menos es lo que hice, que al final una cosa lleva a la otra y me tiré un buen rato mirando ofertas de viajes, época mejor para ir, fiestas tradicionales y mil historias, que, si un día consiguiera ir, volvería a leer el libro como si una guía de viaje se tratara para tomar apuntes.
También nos cuenta historias reales de lo que allí sucedió sobre el siglo XVII en la época de la peste. Como lapidaron calles enteras y algunos de esos callejones permanecieron más de tres siglos cerrados, hasta que volvieron a abrirse ya en el siglo XX. Historias de hechiceras, un lugar cargado de leyendas que al terminar el libro te quedas con ganas de saber más.
Es lo que yo siempre digo que todos los libros llevan su enseñanza, de
todos aprendemos. Si lo utilizo de guía de viaje, pensaré que el destino me
hizo leerlo, por alguna razón y tendré que ir a Edimburgo a descubrirlo ¿No creéis?
En definitiva, pienso lo
que os comentaba al principio, que la autora podría haberle sacado más partido
a ese Declan, a su familia, pero también quitó toda esa paja y se centró en la
historia en sí.
Es un libro sin muchas pretensiones, pero entretenido, romántico y con una historia de amor muy de cuento, por llamarlo de alguna forma. Ya lo entenderéis si lo leéis. Lo recomiendo.